lunes, 5 de agosto de 2013

LA CAMA NUEVA

Tuve la misma cama desde que tenía 12 años. Aunque sufrió mi abandono repentino desde los 18 hasta los 23 años.
Una cama de cedro, pintada de blanco y una cabecera estilo Luis XV del mismo color; el colchón es casi del año 1992, de muy buena calidad y me acompañó hasta el día de hoy, en que decidí cambiar todo, desde sábanas, almohadas, cama, cabecera y colchón.

¿Tienen una idea cuántas personas durmieron en esa cama?, o ¿cuánto sexo hubo en ella?, ¿cuánto amor hubo en esa cama?, ¿cuántos sueños vio nacer?, ¿cuántas lágrimas secó?, ¿de cuántas borracheras fue testigo?, partes importantes de mi vida se van en esa cama, pero hoy, como acto simbólico, la he cambiado por una nueva.

Cuantas veces llegué a dormir en ella feliz!, cuantas veces lloré en esa cama, los besos que di y recibí, los amigos y amigas que tras una larga noche de copas en casa, se quedaron a dormir también en ella; hemos llegado a dormir, de la manera más inexplicable, hasta 5 personas, hasta ahora no se como.
Las posiciones sexuales más extrañas y semi bizarras...todo sucedió ahí.

Siempre dormí del lado izquierdo, y tanta ha sido la costumbre de tantísimos años, que el colchón se había hundido de ese lado; todas las personas que alguna vez durmieron conmigo, dormían al otro lado y todas coincidían en lo mismo, en la profunda comodidad y la paz que transmitía mi cama, como si fuese mágica.

Por mucho tiempo, intenté dejar ese pequeño nidito del lado izquierdo y dormir al medio, como si por fin, hubiese dejado de esperar a la persona que se adueñe definitivamente del otro extremo, pero inútilmente...nunca llegó, la cama se cansó de esperar, y se hizo vieja, y al decidir cambiar de rumbo, compré todo nuevo, para "redireccionar" mis costumbres.

La cama antigua, esa camita mágica, ha quedado a un lado, porque será donada, el colchón si se lo regalaré al primer chatarrero que pase por la puerta.

No se si pueda dormir esta noche, es haber borrado la evidencia de muchas cosas pasadas, pero que aunque parezca insignificante, son cosas que de cierta manera, no me dejan avanzar, y he decidido cortar con eso.
Por algo se empieza...