martes, 1 de abril de 2014

LA CAJA



Hasta entonces, llevábamos muchas tazas de té y café, porque ella casi no bebía alcohol, comíamos magdalenas por diferentes calles, y el fin de semana era para eso, para charlar, para pasear, para saber más de nosotras...


JULIETA: Y no extrañas estar en casa?
SOLE: Mi casa?...cuál?, la de Lima?
JULIETA: Si, a eso me refiero, porque...no se, yo que estoy a unos cuantos kilómetros, que sin problema puedo coger el coche y conducir un par de horas...yo extraño mi casa, mi habitación, mis cosas, lo que se supone solía ser...tu no extrañas tu casa?
SOLE: A veces..hay días en que me da mucha nostalgia, sobre todo me apena la manera como me fuí, casi casi peleada con todo mundo, lo de Raúl también me pone mal a veces, y también a veces me pregunto, si hice bien en dejarlo todo...
JULIETA: Bah!...pero míralo por este lado, sino hubieses tomado esa decisión, ahora hubieses estado atada casi de por vida a algo que no era lo tuyo, y la duda siempre te quedaría, que es peor y a la larga el chaval ese estaría más "adornao'" que un alce.
SOLE: Jajajajaja...si, en realidad hasta podría decirse que le hice un favor, aunque parezca raro...

Ya había pasado un mes desde que la empecé a frecuentar con regularidad, desde esa vez en la taberna de Iñaqui, en la esquina donde ella y sus amigos solían pintar, y terminamos convirtiéndonos en amigas, pero de esas amigas, en la que siempre había una ligera insinuación a algo, de esas en las que siempre quedaba un signo de interrogación, y muchas frases sueltas.

No la asimilé precisamente como una simple amiga, ni ella tampoco a mí, eso quedó claro, había un "algo", ese algo muy implícito, lo reconocíamos ambas, y llegó un momento en que decidí, por primera vez en mi vida, tomar la iniciativa, en algo como...no se, hacérselo saber. Un sábado por la mañana, tocó el timbre de mi casa...yo vivía en un segundo piso, y corrí a abrir con el automático:

SOLE: (gritando desde un lado del living) Ya está abierto...subeee!
JULIETA: Coño que esta mierda no abre!!!, baja a abrirme!...jolines!
SOLE: (gritando nuevamente) Espera que ya bajo...!!!

Bajé rauda y presurosa a abrirle la puerta, ella había prometido cocinar juntas ese día, nuestro primer almuerzo juntas, y me demoré un poco para abrir, porque estaba colocando flores y adornando la casa, quería hacer un ambiente lindo para cuando ella llegara; al llegar a donde ella estaba, la puerta estaba abierta..."pero si ella me dijo que no se abría!" - me dije- y seguí bajando, hasta encontrarla a ella, con una enorme caja y un lazo gigante...

JULIETA: Vale...es para tí, vamos!, ábrelo! (muy sonriente y ansiosa)
SOLE: Qué es esto Juli?...(no salía de mi asombro y curiosidad), dime?...qué es?
JULIETA:...Ábrelo!!!, joder! vamos!, que te va a gustar!...ábreloooo!!!!
Rompí el lazo y abrí con desesperación la enorme caja...habían dos cd's de Eva Ayllón y otro de una mezcla de música criolla, había una caja de chocolates Sublime, unas artesanías de Chulucanas, un paquete de turrón de Doña Pepa, y las copias certificadas con las pintura de Pancho Fierro. Julieta se había dado el trabajo de mandar traer esas cosas desde Lima para mí, recordó todas aquellas cosas que en algún momento le había dicho, cosas sueltas, que para mí eran simples cosas para contar, cosas cotidianas...ella lo recordó todo, al detalle.

JULIETA: Y????...qué te parece todo? te gusto???, es tal y como me contaste!, además...así tendrás un pedacito de tu tierra aquí, y ya no sentirás más nostalgia, o tal vez menos, y al final te querrás quedar aquí...conmigo (diciendo esto último en voz baja).

No por las cosas en sí, sino por lo que había echo, por haber planificado esas cosas, porque eso toma tiempo, y toma dinero,  nunca nadie, absolutamente nadie, había echo algo así por mí, algo tan simbólico y desde luego, los ojos se me llenaron de lágrimas, no por el regalo...por ella.

JULIETA:...mmm, qué pasa???, no os gusta???, pero por qué lloras???, si la idea no era que llores!...jolines!!!, que soy una tonta!, en vez de alegrarte, te hice llorar!,...

Ella hablaba y hablaba y yo, simplemente no podía salir de mi asombro por tamaño gesto, y de inmediato, me abalancé a abrazarla, a treparme de su cuello, y entre sollozos, le dije, GRACIAS.
SOLE: ¿Cómo hiciste esto???, yo...es que, cómo? por qué???, o sea...es qué (y me iba enredando de los nervios).
JULIETA:...Ahora estoy confundida...te gustó o no?
Hice lo que nunca me imaginé que podría a hacer...la besé, no lo pensé mucho y ella no puso resistencia, muy por el contrario.

Después de ese beso...
JULIETA: Joder!, si desde un principio hubiese sabido que cosas como esta te iban a hacer reaccionar así, me hubiese ahorra'o todo este tiempo! (mientras yo reía y no dejaba de decirle "gracias" en voz baja)

Subimos la caja, le hice probar el chocolate y el turrón, el turrón no le gustó mucho. Ella que era pintora, se quedó fascinada con las acuarelas de Pancho Fierro, le expliqué lo que significaban cada una, y la relación que tenían algunas de ellas con el libro de Ricardo Palma, los personajes de la Lima de aquel entonces, le enseñé a bailar vals y al final, el almuerzo terminó siendo comida rápida que pedimos por teléfono, y una botella de vino que justo tenía reservada para esa reunión, mientras que los besos y primeras caricias se repartían por doquier y por donde cayeran; esa noche, Julieta durmió en casa.