Mi pequeña Mariana, era el "Yang" del "Ying", el equilibrio de la casa, de preguntas intrépidas, de esas que te hacen redirigir el rumbo, y que siendo aun pequeña, sabría cómo usar las palabras de tal forma que te haga ver un horizonte nuevo.
La imaginamos más pegada a nosotras, a Gladys y a mí, algo así como más casera. Mi dulce Mariana sería por quien Samanta, a pesar de lo loquita que sea, dé la vida, y que ambas, sean como una sola.
Gladys y yo, teníamos pensado ponerlas en el "Colegio 10 de Octubre (Colegio Chino)", aunque si nuestra economía mejoraba considerablemente, ponerlas en un colegio británico.
Mi Marianita, mi cachetona, mi preciosa hijita...no sabes cuanto quisiera que fueses real, sin conocerte, sin concebirte fisiológicamente, eres mi adoración. Ellas, Samanta y Mariana, son mis círculos imposibles de cerrar.