Todos los años tengo por costumbre pedirle a Dios un regalo de Navidad, o quizás de cumpleaños, pero casi siempre lo pido en estas fechas. No creo en Papá Noel, no creo en los Reyes Magos, creo en el único capaz de darme un verdadero regalo, y no son cosas simples, al menos para mí son trascendentes, para Él, con el poder de su palabra, tan sencillo como eso, simplemente se da o si no...pues no, porque sé que no me dará lo que Él sabe que no me conviene.
Años anteriores, le pedí sanidad y me la dió en abundancia, sanidad del cuerpo y le pedí con suma urgencia sanidad de alma y del corazón, porque estaba sufriendo mucho, sin embargo, pasó el tiempo y yo aun sentía la misma pena, la misma depresión, y me pregunté, y hasta reclamé y le dije...¿Acaso te gusta verme sufrir? ¿Cuándo va a ser el día en que por fin deje de llorar?, la carga de mi corazón es muy pesada...Haz algo! le dije. No fue sino hasta hace un año que entendía una cosa, que esa sanidad interior el la tenía disponible para mí siempre, pero estaba tan cegada y distraída mirando hacia mi misma, que me había olvidado de mirarlo a Él.
No fue sino hasta hace unos meses en que me dí cuenta, en que el problema ahí no era el supuesto sadismo de Dios (Señor perdóname por haber dicho semejante estupidez), o que su ira había venido sobre mí, el problema era que miraba mi circunstancia, pero no lo miraba a Él, ni siquiera se me ocurría la posibilidad de buscarlo de verdad, y no creo ser la única a quien le pasa eso.
Cargar a diario con un dolor en el pecho, físicamente doloroso inclusive, como si te hubiesen colgado en el pecho una bolsa de arena, y todo lo vez gris; no digo que hoy por hoy dejé de ver circunstancias, es difícil este tema de andar por fe, pero...al menos ya sé el motivo por el cual no había solución a esa petición echa, vi el problema, mas no la solución. Con el pasar de los meses intenté "caminar sobre las aguas", me hundí, me volví a levantar, y me daba cuenta que en efecto, ahí estaba la respuesta y la solución a mi pedido, pero lucho con eso a diario, pero avanzo, de a poquitos...pero ahí voy.
Mi regalo de este año es, una familia, no solamente mi mamá o mi papá...MI FAMILIA, MI CASA... MIO, nunca había pedido eso hasta hoy porque nunca tuve tanta necesidad de eso como ahora, porque los años pasan, y creo que en el fondo de mi corazón ese fue mi sueño toda la vida, UNA FAMILIA, hijos, casa, un gran amor, mascotas y todo lo que eso conlleve.
No quiero quedarme a merced de los sobrinos, quiero hijos, quiero familia, quiero la locura de una boda, quiero la emoción de los arreglos, quiero el compromiso que dure hasta muy ancianos, quiero crear mis propias tradiciones familiares, quiero todo el paquete completo. Así
que Señor, estoy lista, yo tengo alguien en mente, esa persona no me tiene en mente, pero tu eres quien arma las piezas de tal manera que al final de los días todo encaje de la manera correcta. Ese es el regalo que quisiera en Navidad. Amén :)