viernes, 28 de noviembre de 2014

COMO PEZ PERDIDO FUERA DEL AGUA


Es como si hace años, me hubiese estancado en un punto del cual no tengo idea como escaparme, y con esto no hago alusión al amor, me refiero a mi todo, a mi, a mis cosas, a proyectos no realizados, a sueños no cumplidos, a momentos que nunca llegaron y la desesperación de saber que debes salir de ese estado ya, porque el reloj corre, que la juventud se me va...que mil cosas ya se fueron.

Para cuando tenía entre 25 y 26 años, había armado algo así como "un plan de vida", y basada en el buen momento por el cual atravesaba profesionalmente hablando, el futuro se veía muy prometedor. A los 27 terminé con una relación que se volvía poco a poco cada vez más...estresante, por la ola de mentiras de terceros y el interés de aquella persona por otra muchacha, y haciendo alusión a mi buen momento, la depresión me duró mágicamente poco, porque ese plan estaba tan bien estructurado y las cosas se daban por si solas de tal manera que no me daba tiempo para estar triste, simplemente crecía y eso me tenía contenta.

Para cuando llegué a los 29, muchas de esas cosas empezaron a nublarse, empezaron a esfumarse, pero me volvía a enamorar y esta vez si no salí bien parada, me demoró casi 3 años  poderme recuperar, aunque eso es aparte, hablo ahora del plan de vida en general, que bien podría incluir la parte amorosa. Así que, imagínense cuan frustrada se puede sentir alguien de 34 casi 35 años, aun soltera, sin hijos, sin la familia que siempre soñó, con un negocio que funciona a medias...y sin amigos, porque de una u otra forma, se van, o me alejo (más es lo segundo).

El plan de mierda se fue al tacho, no tengo ruta y empiezo a sentir que seré como ese montón de gente sin propósito, que lleva la vida así porque si, que mis sueños que quedan en simples cuadernos y que puedo llegar a ser tan patética como para escribir este blog. La emoción de intento por cambiar mi vida y encontrar un nuevo plan no sirvieron de mucho, descubrí, o mejor dicho, confirmé, cuan débil, cuan jodidamente débil puedo ser ante mi enemiga "la mala comida", y que aquella iglesia a la que empecé a asistir, poseen una creencia extraña por decirlo menos, extraña porque su nivel de religiosidad me aparta de lo maravilloso y sorprendente que sé que es Dios, es algo así como una escuela de teología, y esa no era mi idea.

A los 27, me imaginé que mis 30's serían tan ordenadas las cosas, quizás ya con cosas más tangibles, pero no, no hay nada de eso.

Si, mi plan de supervivencia, mi Plan B...también se fue por el caño. Y mi peor enemigo siento que es el tiempo, que los años pasan y que no veo nada consistente en mi vida, nada o ningún motivo para estallar de alegría, ese empuje que te lleve a tomar acciones, no simples sueños en cuadernos, no...a eso no me refiero, al impulso, a esa ilusión por las cosas, no hay nada de eso. A los 27 era otra persona muy distinta, era vivaz, vivía con propósito, ese año, fue tan crucial!, porque de ese año dependieron y sucedieron las cosas más importantes de mi vida, pero el destino, caprichoso como siempre, me volteó la tortilla en poco menos de dos años.

Intenté hacer amigos nuevos, y siento que no encajo en ningún lado, porque encajara si compartiera el 100% de su filosofía de vida, pero no...pienso parecido en varias cosas, no igual y eso agrega algo más como para sentirme así, fuera de órbita. Me quise sumar a los "SILVIÓFILOS", por amor a la música de Silvio, no a la música que se queja de todo, a la que defiende la patria, a la que exalta el amor a las cosas, mas no a su filosofía comunista, y estos muchachos...no entendieron que ambas cosas se pueden separar, por lo cual, no me siento del todo cómoda.

De aquel grupo del gimnasio...es gente que vive su vida y ya, aunque si pude obtener una buena amiga, pero igual hay muchos vacíos aun, quise encajar en la iglesia, pero ya saben el detalle que separa de ellos. Mis primos, con quienes siempre pasaba tiempo, hacen sus idas, tienen sus propios planes y sus propios círculos, y yo tampoco encajo porque a diferencia de ellos que son veinteañeros en proceso de efervescencia, yo soy una tullida emocional de 34 y para ellos soy más como una mamá.

En cuanto al amor, algo que si descubrí es que las cosas cambiaron, que si, me pude enamorar otra vez, pero bueno hubiese sido si se hubiese dado de ambas partes; ¿no es medio pendejo eso que la vida te siga jugando disparejo?, que te da la oportunidad de saber que tu corazón no murió, pero que amas a quien no lo hace ni tiene la más mínima intención de hacerlo, eso ya es crueldad.

Sin propósitos, sin plan, sin encajar en ningún sitio, estoy por terminar este 2014, que ha sido emocionalmente desgastante, no malo...pero me deja un mal sabor de boca, me deja frustrada, aun faltan 33 días para que algo radical suceda, ¿Qué puede cambiar en tan poco tiempo?, yo ya no puedo más.

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