sábado, 28 de marzo de 2015

35 AÑOS Y UNA SILLA VACÍA


Ya estoy grande, hace un par de semanas cumplí 35 años.

He hice un recuento de todo, de daños, de salvatajes, de amor, de fe, de dolor y hay un terrible desbalance que me pone en entera desventaja, del cual siempre he sido consciente, pero no es sino hasta hoy, en que puedo afirmar cuan defectuosa puedo resultar y en el mal estado en el que me encuentro...para algunos, y cuan divertido resultado ha surgido para otros.

Cumplir 35 ya no es tener 34, es sumarse 365 días en los que pueden cambiarte la vida para bien o para mal o lo que es peor, que pueda seguir siendo tan mediocre y aburrida como hacía exactamente esos 365 días anteriores, eso si sería fatal. Démosle a la fatalidad algo de crédito.

No puedo evitar mirar hacia atrás, y no me siento de 35, me siento como de 70, ¿sabeslo que es haber vivido tanto?, el haber amado tanto, el haber besado tanto, el haber dado y quitado tanto de ti mismo, los lugares, las fechas, las imágenes, los "flashbacks", los falsos y efímeros "para siempre", las siempre fieles soledades, los amigos de paso, los poquísimos que se quedan...un matiz demasiado grande para encajarlo así de simple, sin hacerle mérito en a penas 35 años.

He aprendido a tomarme las cosas con calma, aunque hay veces que tengo tendencias "imaginarias" de episodios sicóticos en que agarro a trompadas a todo mundo, pero solo queda en la cabeza, como un deseo oculto ja!, todos tenemos esos deseos alguna vez.

Me he muerto de amor un par de veces nada más, las otras...solo fueron tristezas que no duraron más de lo que dura una fuerte resaca de trago mal combinado y cigarrillos al aire libre, una pastillita y ya, se acabo el drama, y hablando de dramas, la vida se me ha ido en ello, por eso, un personaje tan particular como yo, necesita un espacio para escribir compulsivamente antes de tomar como opción el suicidio.

Murieron personas de las que cada vez que las recuerdo, son puñales sangrantes que no se cuándo sanarán, las personas más alegres que he conocido, y eso me hace perder un poquito de ganas de lucharla, porque una silla en particular está vacía y no se le puede reemplazar con nada, y ahora mismo tengo un nudo tan grande en la garganta y escribo tan rápido y las lágrimas empiezan a atropellarse entre sí para salir despavoridas de mis ojos. Perdón por este momento, ese vacío, esa persona, jamás podrá ser reemplazada, porque era como mi madre y se fue en mis brazos, y la sostuve mientras el monitor iba descendiendo, hasta marcar una linea fija y sonó el clásico e interminable "tuuuuuuuuuuuuuuuuuu", la lleve al mortuorio, la saqué, hice reconocimiento de cuerpo, y se fue, mi compañera de bromas, mi casi mamá se murió en un lapso de 7 días, en mis brazos, y eso me ha dolido más que nada...ven que la vida le cambia a uno en 365 días?

Para los 35, no quise flores, no quise ruido, no quise música, porque siento el luto, siento el luto que te ennegrece la sonrisa, te roba las ganas del confeti, de los pitos y matracas...no.

¿Ven cuánto drama pudo haber en 365 días?, y solo he contado un caso, de varios que se han suscitado. 
La silla sigue vacía, yo, a fuerza continuo al compás de la música.

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