Siempre he tenido una agenda social extrañamente impredecible, y creo que hasta diferente, de acuerdo a mis años y en los círculos en los que me mueva, o por ejemplo, últimamente, por mi estado de ánimo he vivido como una especie de hermitaña, hasta hace unos meses, y todo se divide en mi vida por etapas...todo cambia.
Los amigos no me duran, no porque ellos sean malos conmigo o yo con ellos, o los dramas que se puedan imaginar, sino que muchas veces las circunstancias, los lugares, los años, nos va quitando del camino unos de otros, que porque me mudé o ellos se mudaron, o porque cambié de empleo o ellos cambiaron...circunstancias totalmente ajenas de nosotros, o por el simple y llano motivo que no me gusta lidiar con gente conflictiva, ahí procuro alejarme lo más rápido posible.
Los amigos del colegio, las amigas del colegio, los amigos de la universidad, los amigos de la academia de diplomáticos, los amigos políticos, los amigos poetas, los amigos de mi otra carrera, los amigos de la maestría, los amigos gays y las amigas lesbianas, los ex compañeros de trabajo (de todos los que he tenido), mis ex alumnos que después se hicieron mis amigos también, mis amigos del barrio, amigos de esos he tenido miles, pero de todos esos grupos solo me quedé con dos, mis mejores amigas Rosa y Estela, las que nunca se fueron, a pesar de las circunstancias, a pesar de vivir inclusive al otro lado del mundo, ellas decidieron nunca marcharse de mi vida, y eso me salva la existencia...siempre.
Ambas amigas, mis mejores amigas, no se conocen, se presienten, si me han oído hablar de la una a la otra, pero no se conocen y con ellas tengo tantísimas cosas para contar, que nos llevarían días. De ellas solo podría esperar el más sincero y profundo cariño, la contención emocional casi tan parecido como el de una madre, y es que son gente que aunque son casi tan locas como yo, o que por ratos les falta un tornillo, saben como mantenerme con los pies en la tierra y viceversa.
Con los otros amigos, he tenido salidas, reuniones, viajes, excesos, conversaciones superficiales, toda la joda posible, pero todo cambia; he amanecido en camas diferentes a la mía, he tenido amores de una noche, o dos, he dejado de ir a dormir casa por tres o cuatro días, y es que las noches de juerga en una época eran demasiado continuas, que inclusive para permanecer en pie, tenía que tomar energizantes, sino...no daba.
Y eso de tener una agenda social tan apretada y tener novia a la vez, no te da tiempo absolutamente para nada, cumplir con ambas cosas, te merman las fuerzas físicas...hasta la billetera.
Ese es otro tema, como cambian los centavos!, cuando era jovencita y que recién empezaba a trabajar, tenía un sueldo bueno, no vivía como millonaria, pero para una chica de esa edad, en un país extranjero, el sueldo era bueno y mi único gasto grande era el pago de mis estudios de mi segunda carrera y las cosas básicas; en Buenos Aires el sueldo mejoró y tenía los gastos propios de una casa, lo mismo en Costa Rica y en los distintos lugares a donde me mandaron y nuevamente...pum!, renuncié y me fuí a la mierda; de ganar tan bien , a volver a ser estudiante y que al volver a tener un empleo en algo totalmente diferente, empecé ganando un diminuto sueldo mínimo siendo la asistente del asistente del asistente.
Pasó poco tiempo y me ascendieron a asistente, luego se enfermó mi jefe inmediato y...yo pasé a ser jefe, el sueldo iba mejorando, pero de ahí vino la docencia, que aunque quizás al principio no eran muchas horas, iban aumentando con el pasar de las semanas, hasta ganar un monto considerablemente alto, para que al poco tiempo una empresa grandecita, me diera algo así como "el trabajo soñado" en el cual estuve cinco años, hasta que decidí irme por cansancio físico, y emocional (esa historia se las conté en un post anterior); me contrataron en una corporación más pequeña, pero con un sueldo mayor, pero era tan agobiante que la anterior y la distancia de mi casa a la oficina era enorme...salí, pero lo importante es que nunca nada quedó tal cual, todo con el tiempo cambia.
De amores, eso ya para qué mencionarlo: "hoy es...no se sabe si el año que viene será" , llegué a un punto en no querer hacer planes, porque sabía que la rueda iba girando, y muchas cosas podrían pasar.
Todo cambia, todo pasa... la gente pasa, los afectos, el dinero, los amigos, la forma del cuerpo...nada queda tal cual lo planeamos, es como si la vida te jugara buenas y malas pasadas de vez en cuando, solo para joder, como para que no te aburras, como para darte la lección que es malo aferrarse a las cosas a la gente y a las situaciones o como si fuese el libreto de una teleserie de drama-comedia (porque los cambios también son buenos y vienen bien). La rueda sigue girando, hoy eres, mañana no se sabe, de lo que si deberás estar seguro es que algún día morirás, del resto...nada está escrito, la rueda sigue girando, las nubes pasan y el echo de sortear tormentas es lo de nunca acabar; los hijos crecen y dejaran de tener esa fascinación por papá o mamá que se tienen de niños, para convertirse en los que "interrumpen" sus momentos de diversión o como le decía a una ex pareja mía que tenía un hijo chico: "Hoy eres su mami, mañana serás su vieja".
La familia cambia, crece...disminuye y ahí es cuando golpea más fuerte. Todo cambia, todo se transforma, ¿para qué aferrarse a lo que existe hoy?, cambiará para bien o para mal, pero nada vuelve a ser igual de lo que fue una realidad anterior....¿estás listo para el resto de vueltas?.
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